El desarrollo de nuevos alimentos y bebidas funcionales, que reduzcan el riesgo o mejoren patologías como la diabetes, la hipercolesterolemia, la hipertensión, los trastornos digestivos o las enfermedades degenerativas, es una tendencia que, a nivel mundial, cuyo mercado alcanzará los 2,3 billones de euros en 2020. Aunque Norteamérica dominó el mercado en 2014, en los últimos dos años las mayores ventas se han registrado en mercados emergentes, con un incremento del 20% en África / Oriente Medio, 16% en América Latina y el 15% en Asia-Pacífico.
De hecho, aunque en los próximos cuatro años el mercado de los alimentos funcionales seguirá estando dominado globalmente por EEUU, el crecimiento más elevado se dará en Asia-Pacífico y Sudamérica, especialmente entre la clase media. Se estima que en Norteamérica tendrá una tasa de crecimiento anual compuesto del 7% hasta 2020, con la mayor cuota de mercado para EEUU en 2014 fue del 58% pero, sin embargo, será México el que tenga mayor crecimiento en los próximos 4 años, atribuible al aumento de la conciencia sobre los alimentos funcionales y la paridad en el poder adquisitivo.
Por lo que respecta a Europa, a pesar de que el mercado está muy ralentizado debido al precio elevado del producto final, al que la industria ha de imputar los altos costes derivados de la estricta legislación y los dilatados tiempos en la aprobación de los claims por parte de la EFSA, se espera que su tasa de crecimiento anual compuesto sea del 7.2% hasta 2020. Aunque Alemania es el principal mercado, con una cuota del 23%, seguido de Francia y Reino Unido, el crecimiento más alto se prevé en Rusia.
En los próximos meses, el Cluster Aragonés de Alimentación presentará una propuesta a la Comisión Europea para realizar un proyecto en colaboración con los principales clusters agroalimentarios de Europa, con el objetivo de desarrollar nuevos alimentos y bebidas funcionales, mediante la colaboración crossectorial de las pymes de dichos clusters.
Siendo que la tasa de crecimiento anual compuesto del mercado de los alimentos funcionales se estima en un 6% para los próximos años, la industria alimentaria de Aragón ha de intensificar su actividad en I+D+i para formar parte de esta tendencia robusta y ganar competitividad a nivel global.